19 diciembre 2012

FIN DE AÑO: MOMENTO DE RETROSPECCIÓN





Quien no se siente nostálgico al finalizar el año. Tal vez sea la abundancia de sidra, champagne y la emotividad que se siente en cada rincón, sea cual sea el motivo (personalmente sospecho que es el champagne que es siempre una bebida traicionera), inevitablemente terminamos pensando en el ayer. Empezando reviviendo el año que se está acabando, y como a nuestras mentes le encanta deambular por los corredores de la memoria, lo más probable es que nuestros pensamientos se emocionen y sigan su rumbo, recorriendo todos nuestros momentos de gloria juveniles hasta llegar a nuestras infancias.

Yo no sé porqué, siempre termino anclada en los noventas. Tal vez porque los noventas fueron míos, era joven, tenía el mundo por delante y eran tiempos de éxtasis (en todos los sentidos). Como estoy segura que al terminar el año, en algunos de los interminables brindis me llegarán flashes noventosos (seguramente sugestionados por algún hit de la época sonando a lo lejos) he decidido convertir en mi misión de fin de año, no bajar 10 kilos para el 2013, ni volverme una mejor persona, sino simplemente llevarlas de paseo por esta maravillosa década.

Para despedir al 2012, mis amadas lectoras, están todas cordialmente invitadas a pasear por los pabellones de mi memoria. ¡Prepárense para la regresión más noventosa de sus vidas! ¡Salud!

Cuando yo tenía quince….
Año: 1992. Cortina musical: Timbiriche “Y ahoooraaaaa, despierta la mujer que en mi dormiiiiiiaaaa”. Edad: 15 años. HABLEMOS DE LOS QUINCES. Esas fiestas rocoquetas a las que las chicas de nuestra generación (treinta y piquito, aunque oficialmente solamente acusamos 30) íbamos disfrazadas de muñecotas (sobre todo en mi caso: porque yo no era ninguna Barbie... calcúlenle una muñeca Chiche versión XL). El atuendo de rigor para las chicas era: chatita blanca, vestido de tafeta híper armado y rebordado. Estos vestidos con volados y mangas abullonadas e inmensas terminaban a media pierna. Decir que parecíamos muñecotas resulta poco ya que hasta las muñecas de hoy en día tienen más onda que las que teníamos nosotras. Los vestidos te los hacía no algún diseñador top, sino la modista de barrio con la tela que elegía tu mamá muuuy a pesar tuyo. Lo peor que te podía pasar era encontrarte en la fiesta con otra chica luciendo el mismo estampado nefasto que te eligió tu mamá. Para completar el look, banana o jopo (el popular fleco de coté), o, en el peor de los casos te peinabas con plumerito tipo XUXA....mortal. A todo eso súmenle la natural torpeza y timidez de los 14/15 años.... RESULTADO: 90's FASHION VICTIMS. No nos olvidemos de nuestros chambelanes. Atuendo de rigor: camisa a cuadro, cinto trenzado marrón, NAUTICO o Timberlands y jeans clarito. Todos eran Suuuuper A CUAAADROS. Nivel de originalidad: 0,0. Creo que esto ha cambiado poco por lo que he visto. Aunque en algunos quince recientes he visto a una cantidad de cachitos trajeados que me hace suponer que las cosas han mejorado levemente.

En estas fiestas imponentes las flechas de cupido disparaban para todos lados. Pero yo llegué a la conclusión de que el desgraciado o no tenía mucha puntería o no me iba nomás a tocar mi turno todavía. Yo era del team PLANCHADORA o según mi versión propia: la pareja eterna de DULCINEO MESA (o sea de la mesa de dulces). Dulcineo no sabía besar, ni bailar lentas, ni agarrarte de la mano pero era una excelente y dulce compañía. Yo no sé cual era la fórmula del suceso para ligar en los quinces. No era quien tenía la banana más alta o la más discreta (eso era todo un arte). Pero lo que definitivamente no era el método, era la osadía. Porque toooodas eramos tan sant@s, incluso los que tenían novi@s se limitaban a agarrarse de las manos y tal vez uno que otro tímido beso a escondidas por supueeeesto. No fumabamos, no chupabamos, no manejabamos y ni se nos pasaba por la cabeza drogarnos. Dentro de las categorías de bandas entraban todas las que ya pasaban del beso al atraque (un beso más manoseado) o las que bailaban LAMBADA -se acuerdan del shoooorando se fueeee- a menos de medio metro de distancia. Típico en nuestra sociedad la palabra Bando no existía.... pero mirá que eso sique lo que había muuuucho. Pero no vamos a entrar en ese tema. En la pista todavía se bailaban lentas... a medio metro de distancia. Esto si que es una RAREZA hoy en día. ¡Deberían volver las pistas de lentas! Eran tan divertidas de mirar. Todavía me parece ver las caras de bobitontos de los que bailaban lentas por primera vez. Cada uno miraba para un lado diferente, uno para la izquierda y la otra para la derecha, ambos con cara de circunstancia. Si no te gustaba mucho tu pareja mirabas al piso con cara de resignación tratando de inventar rápidamente una excusa para pegarte un raje.

La música que escuchábamos y la que negamos haber escuchado….
Quisiera hacer un pequeño homenaje a la música de mi época. En los noventas el rock era rock y Ashlee Simpson no entraba dentro de la categoría. Teníamos a Blind Melon, No Doubt, Cranberries, Smashing Pumpkins, Alice in Chains, Pearl Jam, Radio Hedas, Nine Inch Nails, Lemon Heads, Stone Temple Pilots, Red Hot Chili Peppers, Oasis, The Verve, Counting Crows, Foo Fighters, Hole, Garbage, Alanis Morrisette, Sheryl Crow y la lista sigue y sigue y sigue. También teníamos nuestros ídolos Pop que por suerte aún nos siguen dando buena música y que iban más allá de la fórmula: imagen, packaging marketing, reality show y 0 talento. Teníamos a: Madonna (reina absoluta del pop que nos escandalizaba con sus inolvidables corpiños de cono), Gwen Steffani, George Michael, INXS, digamos que los artistas pop aún eran decentes....  En el 2000 llegaría la BASURA. ANINATI BRITNEY SPEARS PRINCESA DEL POP.... boy bands  como NSync y Backstreet Boys. Nosotros vivimos la época del rock alternativo!!! Había buen rap y hip hop y gracias a Dios ningún género dominaban la radio, la tele, y las discos. Había VARIEDAD! Eran los años dorados!!! Antes de American Idol. Era una época donde la música era mucho más que un reality show. Bueno en síntesis, creo que podemos decir con tranquilidad que HEMOS ESCUCHADO BUENA música, Era como para vivir colgada a la radio.....

Por supuesto toda generación tiene sus crímenes musicales y lo noventa también tiene su frondosa lista de fiascos, one hit wonders y atentados al oído refinado. Ya se perfilaban los proto reggaetoneros de Control machete y Proyecto Uno y curiosamente todo un repertorio musical que sigue repitiéndose hasta el cansancio en cuanta boda, evento y fiesta musicalizada existe. ¿Me pregunto quién lo que les grabó el “cassette”?

Los boliches eran pocos, divertidos y variopintos. Coyote estaba en pañales con su pista latina y su pista “alternativa” que básicamente era un quincho en el fondo. El Caracol había resucitado gracias al boom del House y sus famosísimas parlanteras, que eran auténticos personajes nocturnos y se volvieron tan populares que hasta en los casamientos siempre terminaba algún borrachín o borrachina colgado del parlante intentando imitarlas. Otro lugar que marcó la década fue sin lugar a dudas el Capricornio. Pululaban los bares como los eternos Bohemia y Britannia y los ya desaparecidos pero inolvidables como el Circo Bizarro, Bauhaus y Zona Urbana, donde sonaban Daft Punk, Chemical Brothers, Prodigy, Fatboy Slim, Limp Bizkit y Moby. Estaba empezando el milenio y la música estaba cambiando. Los casettes estaban agonizando ante la era digital.

Cuando tema era bueno, términos de antes del chauloquismo
Cabe recalcar que muchos aún siguen utilizando estos términos del ayer porque no han logrado actualizarse con el chauloquismo actual. Les ruego a todos ustedes que siguen verbalizando estos términos noventosos que se actualice NO ATO.
-  QUE TEEEMA!!! QUE  PURETE!!! QUE  MBARETE!!!  Usados todos indistintamente para decir que bueeeno. 
-  CHIRIKI o CHUPI
-  POLLO: bobo y si eras muy bobo ya entonces eras un pavi pollo (osea un pollo pavote)-
- NA KI VERR: con la erre vibrante, era el término registrado de las más culís del  país

Cuando la entrada de cine valía x tres….
Si tenías la suerte de agarrar un matiné podías hacer un maratón de hasta 3 películas al precio de una. Había como mucho 3 cines y las películas tardaban muchísimo en llegar. Las chicas de nuestra generación hemos inundado el cine con lagrimones en Ghost, Titanic y el Rey León, nos hemos escabullido al cine para ver Basic Instinct sin que nos excomulguen, nos hemos descostillado de risa con Mi Pobre Angelito, Tonto y Retonto y Locos Por Mary y saltado de susto en Jurassic Park y con la novia de Chucky. Nos enamoramos de L’Estat el proto vampiro Edward Cullen, bailamos con Vincent Vega y Mia Wallace en Pulp Fiction y aprendimos con Forrest Gump que la vida es igualita a una caja de chocolates (nunca sabes lo que te va a tocar).

Volviendo al 2012 pero recordando a Forrest con el corazón, espero que el 2013 les tenga preparado a todas ustedes una enorme caja de chocolates y que cada uno de ellos sea un bombón de dulce de leche (o de su favor favorito). ¡CHIN CHIN!


GUIA DE GLAMOUR





Algunas personas nacen con glamour otras intentan aprenderlo, pero la realidad es que la mayoría se aplaza. A los eternos febreristas del glamour, les digo: No pierdan la esperanza, todos guardan en su interior a una Diva Glamorosa. Es hora que saquen afuera tanto esplendor. ¡Prepárense a brillar!
Aquí les paso mis secretos personales para volverse tan glamorosos que la gente tenga que ponerse anteojos ante su presencia para no encandilarse ante tanto esplendor. Esta es mi guía, a pruebas de tontos, para adquirir glamour en un instante.

1. GANEN ALTURA: Si, todos sabemos que las ballerinas, zapatillas, crocs y championes son comodísimos. Estoy totalmente de acuerdo con ustedes, motivo por el cual yo no dejo que pasen el umbral de mi casa o del gimnasio. Usalas de entrecasa, usalas en la pileta, usalas en el gym, usalas en sólo si sos enfermera, cirujana o dentista o si no sos profesional médico, cuando tengas una emergencia fashionista que te obligue a aplanar una ciudad en busca de un atuendo perfecto. Pero JAMÁS de los jamases ni NUNCA de los nuncases te atrevas a cometer el SACRILEGIO de renegar de los tacos. Una digna mujer glamorosa no se separa de sus tacones, porque es bien sabido que toda diva necesita un pedestal. Una verdadera mujer glamorosa nunca deja de caminar con altura y perfecciona el arte de balancearse con gracia en sus tacones hasta en el pedregullo más nefasto. Convertí tus estiletos en todo terrenos 4x4, cuando necesites de más estabilidad implementá un zapato con taco chino, pero nunca NUNCA pierdas altura por cómoda. Eso sí, es FUNDAMENTAL que antes de implementar tacones 24/7 aprendas a caminar con gracia de gacela sobre ellos, porque no hay nada más lamentable (en términos de glamour) que ver a una chica tratando de no caerse de sus tacones, caminando con las piernas tembleques como si estuvieran balanceándose sobre cáscaras de huevo. Recuerden que la práctica hace al maestro. Pero nada de querer hacer trampita. Cuando practiquen háganlo sobre su zapato más inclemente, aquel sobre el cual ni Naomi Campbell podría caminar. Pónganselo el día entero y llévenlo hasta cuándo van al súper. Al terminar el día habán ganado ampollas y dignidad. Mímenle mucho a esas ampollitas, son sus medallas por haber aprendido a caminar con glamour.

2. DIGAN NO AL PAPARAZZISMO- Las nuevas tecnologías convierten  el día a día de toda diva glamorosa en un auténtico campo minado de smartphones nefastos. ¡Que nunca las tomen desprevenidas! Una diva JAMAAAAAAAAAS permite que la fotografíen sin maquillaje, con el pelo revuelto y menos aún en un entorno nefasto. Una digna diva sabe decirle NO al amigo con complejo de paparazzo. Si la foto es inminente y no te dan tiempo a negarte con glamour, al menos cubrite como toda mujer glamorosa con unas dignas gafas negras que cubran la mitad de tu rostro para que sea imposible reconocerte. Si te tagean en una foto mala destagueate EN EL ACTO y de paso negale la amistad a el o la descarada que osó arruinar tu impecable perfil fotográfico del facebook. Toda digna diva sabe que es mejor prevenir que curar, por lo que tiene luego inhabilitada la posibilidad de tagearla sin su previo consentimiento. ¡Aprendé de mamita honey!

3. CONOZCAN SUS MEJORES ANGULOS: Este mundo donde llevamos una segunda existencia virtual en twitter y facebook casi tan relevante como nuestra existencia real nos llama a conocer nuestros mejores ángulos por más de que no seamos actrices ni modelos. Aprendan a reírse con esa sonrisa perfectamente falsa pero fantástica que todas las divas que admiramos han perfeccionado. ¿Alguna vez viste a Susana Giménez salir riendo en una foto sin tener la boca abierta en el mismo ángulo y la cabellera blonda echada para atrás? También es ELEMENTAL que aprendan a posar sacando provecho de sus mejores ángulos. Porqué creés que las celebridades siempre posan de la mismísima forma. Todas sus poses están más fríamente calculadas que las salidas del Chapulín Colorado. Aprendé a reírte y a posar con glamour sacándole provecho a tus mejores ángulos. Descubrí tu perfil (porque todas tenemos un perfil fotogénico y uno que no sirve ni para foto de cédula. Por más de que pierdas espontaneidad, te aseguro que vas a ganar incontables likes en tu Facebook. El secreto de la sonrisa perfecta está en horas de practicá frente al espejo. Ensayá hasta que te pudras de ver tu cara hasta perfeccionar el arte de reír sólo mostrando lo mejor de tu dentadura, sin arrugar la cara. Si no hay caso implementá el hábito de Victoria Beckham quien nunca sonríe  para no salir mal en las fotos. ¡Es mejor pecar de antipática que de fea honey!

4. IMPLEMENTÁ EL PORTE DE REINA: Todos sabemos que la verdadera elegancia están en el porte. Por más de que estés vestida a la última y de punta en blanco si te trajinás como una descocida a nadie le va a llamar la atención tu atuendo impecable. Toda mujer verdaderamente glamorosa sabe que la elegancia y la postura van de la mano. Presten atención a su postura y corrijan sus malos hábitos. La espalda siempre recta, los hombros para atrás y el mentón en alto son imprescindibles para moverse con glamour. Si bien al principio van a sentirse demasiado conscientes de su cuerpo y algo falsos y duros, si vigilan siempre su postura, con el tiempo el porte de reina  se les va a volver natural.

5. VESTÍTE CON GLAMOUR: Toda diva glamorsa sabe que las tendencias son meras referencias y no reglas inamovibles. Conozcan sus cuerpos y aprendan qué les queda mejor y que piezas evitar como la peste por más de que esté de moda. Editen su vestuario hasta que sólo contenga prendas que le favorezcan. Ganá puntos de glamour encontrando tu estilo personal e implementalo de manera a que ciertas prendas o ítems se conviertan en tu sello, ya sea un labial intensamente rojo, un collar de perlas, un perfume intenso, convertir al leopardo en tu segunda piel o desarrollar un amor enceguecedor por las lentejuelas. Toda mujer auténticamente glamorosa ama experimentar con la moda y con sus looks manteniéndose siempre fiel a su estilo personal. Su lema tiene que ser siempre: Transformación y conocimiento. ¡Ay me encanta lo sabia que soooy!, hasta parezco una gurú fashionista. OOOOOMMMMM!!!!!

6. MANTEN TU AUTOESTIMA SIEMPRE EN TACONES ALTOS: Me impresiona lo sabia que soy. ¡Hasta construyo frases glamorosas! Mis queridas discípulas, aprendan a amarse a ustedes mismas. No se puede ser glamorosa sin mantener en alto a la autoestima y a la autoconfianza. Sean seguras de ustedes mismas, siéntanse siempre bellas, y van a ver como todos los demás van a seguirles la corriente. La seguridad es uno de los sellos característicos más importantes de una mujer 100% glamorosa. Recuerden de tener siempre actitud, ¡hasta cuando crean que no tienen aptitud!

LA OTRA


Quien no se ha visto alguna vez portando los stilettos de la regia enfrentada por una chiruza. Nosotras que constituimos el magnífico combo de entrada, el plato principal y el postre y que jamás de los jamases podríamos ocupar el lugar de guarnición, de súbito nos vemos arrojadas a segundo plato por otra que aparece con una presentación más “novedosa”.

Estas crueles usurpadoras no tienen ningún valor moral en su haber, no discriminan hombre alguno y son legionarias del “todo vale”. Para ellas es indistinto que el galán en cuestión sea soltero o casado. Lo único importante para ellas es atraparlo en sus redes cueste lo que cueste. Si cuesta un matrimonio o una familia…. bah, OBVIO que no les importa. Maquiavelo debería haber escrito un segundo tomo de “El Príncipe” inspirado en estas Princesas inescrupulosas y mañosas que aquejan la existencia de tantas TANTAS mujeres.

Es que no hay ser más maquiavélico, calculador y artero que estas maléficas princesas del adulterio. Por eso las odiamos con todas nuestras entrañas y las escrachamos hasta cuando se fugan con el marido de nuestra peor enemiga. Y por más de que en el fondo sabemos que nuestros playboys rústicos tienen MÁS culpa…. Nosotras SIEMPRE preferimos culparlas a ELLAS.

Nuestras abuelitas las llamaban “las queridas” y este término no podría ser más acertado. Es que la triste y horrible verdad es que ellos están locos por ellas. Locos de amor, ciegos de amor, embrutecidos de amor por estas chiruzas virulentas. Claaro, ellas nunca están de mal humor, si los ven sólo un par de horas al día. Ellas no tienen que lidiar con el día a día, con la economía doméstica, con el pirevaí  del susodicho. No, ellas NUNCA se plaguean y siempre están disponibles para el chiqui chiqui por el cheque cheque. ¡Obviamente que las adoran! Lo que los giles de los galanes nunca se dan cuenta es que ni bien formalicen con la otra, la verán convertirse paulatinamente en el clon de su ex novia o esposa. Si queridos, ni bien “la querida” pasa a ser la oficial se convierte automáticamente en la “MAL QUERIDA”.

Otra de las horribles verdades de las otras es que al ser “la querida” siempre son agasajadas por sus galanes. Si mis darlings, todo lo mejor va para la “querida”. Una amiga joyera una vez me contó que en las fechas especiales, cuando estos galanes malnacidos compran joshitas para sus patronas y para sus yiyis, siempre PERO SIEMPRE, la joya más fantabulosa va para la yiyi. Para la querida el diamante de 7 quilates y para la MAL querida el circón. Si mis darlings, esa es la triste verdad. Espero que lo recuerden la próxima vez que duden en reventar la tarjeta adicional de sus maridos. ¡Háganlo sin culpas mis divinas regias!

Además a las queridas ellos no les cuestionan los gastos NUNCA. Si es más que obvio que ellas están involucradas sólo para sacar provecho. Mientras la esposa se preocupa en disimular lo que gastó en el Agosto OFF poniendo en el talonario de su chequera que los 800.000 Gs que gastó en un par de zapatos fantastiquérrimos fueron librados para “comprar flores y plantas para el jardín”, la chonga no tiene que justificar sus gastos. Todo lo soluciona con un “Dalena papi, masiaaado quiero para mi Samsung Galaxy último modelo” o un “Ay papitooo quiero para mi autoooo descapotable, masiado lindo me va a quedar”. A las oficiales que les parta un rayo. Conozco casos de galanes de los yuyales que han comprado el mismo modelo de auto para la esposa y para la chonga y que a la hora que les empezó a forzar el pago de las cuotitas… ¿adivinen el auto de quién devolvió? El de la esposa. ¡OBVIO! Si ella es la única  a quien le importa verdaderamente la economía doméstica.

Ahora pasemos a otras de las verdades innegables en asuntos de cuernos y cornetes. La otra SIEMPRE es la chiruza. Por algo nuestras abuelitas llamaban a los mete cuernos “chineros”. Es que por lo general la otra no cuenta ni con el pedigrí, ni la crianza, ni la educación, ni el entorno, ni la clase, ni el roce social y menos aún los valores de la legítima esposa o novia oficial. No mis Darling, Lo más probable es que la otra sea una vairota con el pelo mal teñido, labios de comedora de guiso y aliento a cocido con galleta kururú que ni siquiera ha terminado la primaria y cuya única meta en la vida en conseguir un sponsor que le financie unas nuevas lolas. Si mis queridas princesas de la aristocracia guaraní, nuestros galanes NO discriminan. Al contrario de lo que pregonaba la Nanis, a ellos les encaaanta la mortadela. A ellos les es indiferente que vos hayas debutado regiamente en el Cente con un vestido de Saiach y la otra envuelta en 100% poliéster con caireles de plástico en el “Clut de Leones de San Feliciano de Ycuamandiyumí”.

Por lo general las otras tienen sólo dos atributos a su favor: su look erotizado de promotoras cachaqueras y sus 15 añitos bieeen vividos, atributos que ya son suficientes para llamar la atención de todo cuarentón en crisis o veinteañero tavyrón.

Otra de las lamentables verdades es que la oficial SIEMPRE es la última en enterarse. Tal como reza la canción “la vida te da sorpresas, soooorpresas te da la vida” la esposa o la novia oficial son siempre las más sorprendidas. Ellas nunca ven llegar a las otras. Para cuando se les aclara la vista las otras ya están firmemente instaladas en su propiedad privada y ni con juicio de desalojo podrán sacar de sus vidas a estas atrevidas invasoras. ¡Y créanme mis queridas, que no hay macho que valga el dolor de cabeza! Pero por el sólo placer de aplastar a estas mosquitas muertas avispadas no hay que desistir hasta salir victoriosas. Ya verán ustedes qué hacer con sus galanes, si mandar echar, regalar con moño y todo o amonestar de por vida. Pero a la otra, siempre pero siempre, hay que hacerle aprender la lección. ¡No te metas con el caviar honey!

  

25 septiembre 2012

Novias Alteradas




Todas soñamos con el día de nuestra boda prácticamente desde que tenemos la edad suficiente como para vestir a nuestras Barbies de blanco. Como se imaginarán mis Barbies siempre terminaban regiamente casadas con Ken. Es que para las niñas Susanitas que todas fuimos a los seis años no existe final feliz sin boda. 

Tras la experiencia que adquirimos al organizar 120 bodas para Barbie, nos imaginamos cada detalle de nuestra propia boda. ¡Queremos todo! Un vestido principesco lleno de rosetones y volados que ponga verde de envidia a la princesa Aurora y a todas sus hadas madrinas, palomas teñidas de celeste volando al culminar la ceremonia, una fiesta en un palacio con torres y banderines,  un novio príncipe que llegue a la boda en un corcel blanco y cuantas cursilerías quepan en un cerebro de niña romántica y fantasiosa.

Con los años vamos puliendo en nuestras cabezas la boda de nuestros sueños. En la mayoría de los casos (CONVENGAMOS que esto no ocurre en TODOS los casos, pues siempre hay lamentables excepciones) nuestros gustos se van refinando. Por ende vamos editando los floripones rosados y cubiertos de purpurina plateada de nuestro vestido soñado - tan atractivos para nuestro imaginario de niñas- substituyéndolo por un regio diseño by Javier Saiach bordado enteramente de encaje Richelieu hecho a mano. Así sucesivamente vamos orquestando cada detalle una y otra vez en nuestro cerebro.

Finalmente llega el día D y en el momento mismo en que empezamos a organizar NUESTRA boda salta el cabo suelto, aquel único detalle que no habíamos tenido en cuenta en años de minucioso orquestado mental: el hecho de que las campanas de boda tienden a alterar hasta a la novia más cuerda. Ahí mismo nos damos cuenta de que traer a la realidad lo que tan fantásticamente ideamos en nuestras cabezas es prácticamente imposible. En ese preciso instante empezamos a delirar, a hablar en lenguas arcaicas y a convertirnos en una novia alterada luchando contra viento huracanados y mareas tsunámicas para lograr hacer realidad la boda de nuestros sueños. En el medio de estas batallas surgen las siguientes tipologías de novias completa y absolutamente alteradas por las campanas de boda.

La Originalísima: Este subtipo de novia se va a hacer el harakiri con un sable de luz de la guerra de las galaxias si no logra la boda MÁS ORIGINAL del año. Como peca por rebuscada, todo tiene que ser súper mega archi híper novedoso y cool, tan cool que se acaba de poner de moda en Dinamarca recién. Va a elegir todo lo que NUNCA antes se usó, se vio o siquiera se imaginó para otra boda.  La originalidad arranca con la ceremonia, seguro se casarán descalzos al son de los  cántico de un chamán ayoreo silvícola borracho de chicha o le pedirán a Lugo que vuelva a tomar la sotana (que by the way nunca debería haber soltado). Como ya se ha llegado a la iglesia en todos los medios de transporte posibles, ellos llegarán en alguno que linde con lo absurdo. Tal vez lleguen patinando, en zancos o kaíro arriba de sus padrinos. Tengan por hecho que la deco será minimalista con sillas tan design que hasta te da miedo sentarte, luces led hasta en la torta, iPads en la mesa indicando el menú en el APP diseñado especialmente para la boda, un Dj tan cool que no conozcas ninguno de los temas que pasa ya que se acaban de poner de moda en Ibiza hace sólo 3 segundos y recién el próximo verano vas a ubicar la canción que escuchaste en la boda de la originalísima…. Ahí recién vas a poder decir “ahh, ¡que buen tema!”
La Organizadísima: La novia lleva una agenda que más bien parece un libraco del tamaño de la Biblia comentada e iluminada e ilustrada de Santo Tomás de Aquino. Ella no dejó ningún cabo suelto, lástima que en el proceso se le soltaron todos los cables de su cabeza. La novia es de las que empieza a hiperventilarse si la wedding planner llega 5 minutos tarde a su primera reunión con la novia, o de las que se larga a llorar amargamente si no encuentra las petunias blancas del Amazonas que tenía planeado usar en su ramo. Se pasa el día haciendo listas, y no sólo de invitados, sino de cantidad de cada detalle que se puedan imaginar, una lista de cada miembro del staff de hasta los ordenanzas y personales de la decoradora con sus números de teléfono, celulares y números de cédulas de identidad. Todo está ajustado a un cronograma fríamente planificado con 10 meses de antelación, que es más preciso que el cronograma de la clausura de los últimos juegos olímpicos y nada, REPITO, NAAADA puede salir mal o la novia se nos tira de un acantilado.
La Voladísima: Esta novia es el opuesto absoluto de la anteriormente citada. Esta novia se olvida hasta de fijar turno con la maquilladora. Es de las que llega a la modista 15 días antes de su boda con la tela y recuerda el día antes de su boda que había sido no tiene ningún zapato blanco. No se prueba ni el peinado con antelación, y todo termina delega cada detalle de su boda a su madre, al novio o a la suegra desentendiéndose totalmente del asunto. Ella es tan 0 stress que todo su entorno termina estresado. Como jamás termina de hacer su lista de invitados, y en la repartición de tarjetas la mitad de ellas queda extraviada en su auto, medio Asunción termina ofendidísimo con ella y su familia.
La Psicotiquísima: Este tipo de novias  hace que Paola Bracho parezca dulce, centrada y cuerda a su lado. Como está tan absolutamente alterada e histéricas por su boda vive tomando ansiolíticos para recuperar la calma, por lo que todo su entorno jura y re jura que se puso bipolar en los preparativos: o se la encuentra colgada del cuello del decorador en un arranque de furia por olvidarse de teñir los posa platos UN tono más claro como ella quería, o llorando sobre el regazo de su diseñador porque nadie la comprende. Es de las que pretende que el vestido de novia le adelgace, que el maquillador le haga la plástica y que el decorador recree el castillo de Versalles con un presupuesto de morondanga. Como está tan mal de la cabeza, nunca pero NUNCA va a estar satisfecha. De quererlo todo pasa a sufrirlo todo por su boda y lo más probable es que llegue al altar con el maquillaje todo corrido por los lagrimones derramados en su decimoquinto ataque de histeria del día.
La Vairoletísima: Esta prójima nunca logró refinar su gusto. Es de la que sigue soñando con un vestido de novia con volados rosados, cintas, lazos, rosetones y purpurina. Como no distingue una tela de otra por bestia, probablemente llegue a lo del diseñador con un raso 100% poliéster tan inflamable que no se pueda encender un cigarrillo a 100 kms a la redonda de la novia sin que ella termine inmolada por el desliz. Se sacará mil fotos esfumadas, con fotomontajes que la ubiquen a ella y a su novio en el centro de una rosa carmín o flotando mágicamente sobre una copa de champagne. Por más plata que invierta en su boda, todo parecerá de cuarta, porque el gusto, es una de las pocas cosas que no se compran.

21 agosto 2012

MATERTINI ON THE ROCKS: LA CRUDA VERDAD SOBRE LA MATERNIDAD




Muchas de ustedes seguro ni se imaginan que yo también soy madre. Si mis queridas lectoras, yo también he visto el infierno y he sobrevivido. Tengo en casa unos demonios que dan fe de ello. Como muchas de ustedes, sentí mi mundo entero desmoronarse desde el momento en que el médico me anunció con sonrisa de bobo-tonto que estaba embarazada. Tras el shock inicial aspiré hondamente mi último cigarrillo, solté una lágrima por la última copa de champagne que había tomado sin saber que sería la última (definitivamente la hubiera saboreado mucho más) y tuve que consolarme con el hecho de que al menos no eran mellizos. Si, la noticia podría haber sido peor. ¡Si un niño no cabía en ese momento en mi mundo, imagínense lo que me hubiera pasado si me enterara al mismo tiempo que tendría que encontrar espacio para DOS!

Mi vida no estaba preparada para la maternidad. Yo no estaba lista para convertirme en uno de esos seres idiotas que miran embelesados el monigote picasiano de sus hijos convencidos que se trata del próximo Caravaggio. Pues bien, no me quedó otra cosa que apechugar y enfrentar la situación con la dignidad de una mártir enfrentando la hoguera. Y tal como lo imaginé desde un principio, el proceso no fue nada fácil. Desde entonces llegaron los hijos, y con ellos llegaron las horas de terapia y los martinis antes de las siete para encontrar la paz perdida.

Por más de que mi glamour me haga parecer  un ser desprovisto de instinto maternal, lo tengo, aunque en dosis muy bajas. Es que no todas nacemos con el chip de Susanita. Habemos muchas Mafaldas y también Crudelas en este mundo. Por más de que cuando me pongo mi estola de armiño albino parezco más una Crudela, yo me considero a mí misma una Mafalda ya que más que vivir la maternidad, me interesa analizarla.

El primer punto a analizar es el embarazo. A quién se le ocurrió llamarlo “la dulce espera”. Este es el eufemismo del siglo. De seguro el apodo se lo puso un hombre, indiscutiblemente sólo una persona que no ha estado nunca embarazada puede catalogar esos ácidos nueve meses como “dulces”. Una mujer lo describiría más como una espera ácida, hormonada, gaseosa, en las que nos inflamos como globos aerostáticos a punto de reventar. Quisiera encontrar al desgraciado autor de este término para lincharlo con una horda de embarazadas hinchadas y furiosas.

En segundo lugar está el parto. Hoy más que nunca la mujer se prepara para el día del parto. Que mama club, que 958 ecografías por mes, que controles semanales, monitoreos fetales, vitaminas, dieta especial y hasta yoga prenatal. Llegan al parto sanísimas, controladísimas y entrenadísimas prestas para vivir la experiencia de sus vidas y el 90% de ellas termina viendo su sueño del  parto normal truncado, llorando de rabia en el quirófano por las horas desperdiciadas en el mamá club. Algo raro hay. No puede ser que en los hospitales públicos madres desnutridas, que no se han hecho ninguna ecografía, ni tomado ninguna vitamina, den a luz normalmente; mientras que en los sanatorios privados, madres que se encuentran más preparadas que atletas olímpicas para el parto terminan siempre pariendo por cesárea. No hay lógica en esto de que las mujeres que han llevado sus embarazos en óptimas condiciones sean las que tengan más riesgos a la hora del parto.

El tercer punto es la lactancia. Entiendo que haya sido súper híper saludable siglos atrás. Pero hoy en día, cuando todo lo que consumimos y hasta lo que tocamos está cargado de hormonas, preservantes y cuanto químico existe en la tabla periódica, cómo va a ser saludable nuestra leche. Ha de ser una leche loca  llena de toxinas y contaminantes. Creo que nunca en la historia ha habido tantos niños alérgicos, a pesar de que de seguro la mayoría de ellos fue amamantado hasta que empezó a hablar. Aún así nunca en la historia se ha promovido tanto la lactancia materna. Prácticamente se ha vuelto un crimen optar por no amamantar. Una se convierte automáticamente en una paria desalmada.

Convengamos que el embarazo te destroza el cuerpo. Si. La cruda verdad es que te lo hace pedazos. Las tetas te llegan al ombligo, los pezones se te alargan tanto que cada vez que te mirás al espejo tenés ganas de cortártelos con tijerita, las estrías y várices juegan un lamentable tetetí por tu vientre y muslos, y a la par que los pelos abandonan tu antes frondosa cabellera, la celulitis se instala definitivamente en tu antes impolutas nalgas. Por más que te cuides durante el embarazo y seas una de esas embarazadas regias y dignísimas, tu cuerpo no volverá a ser el mismo. Algo siempre queda mal. Obviamente esto es natural, lo que no es natural es que ni bien traigas al mundo al crío se te exija recuperar tu figura. Las críticas se vuelven el pan de cada día y no te queda otra que sudar la gota fría para sacarte de encima en tres meses el estado calamitoso que te tomó nueve meses crear. Del resto de seguro se encargará Bacchetta, ya que no hay forma humanamente posible de levantar ni con body pump 3 veces por día, todo lo que el embarazo tiró por tierra.

Vivimos en una era de grandes avances tecnológicos. Abrís el diario y te enterás de un nuevo invento que va a revolucionar el mundo, encendés tu iPad y ya hay una nueva app fantástica para facilitarte la vida. Prácticamente hay un científico en cada esquina listo a proporcionarnos el próximo invento revolucionario. Se habla mucho de clonación, eugenesia, y manipulación genética, pero aún así a ninguno de estos genios se les ocurrió inventar la manera de incorporar un botón de ON/OFF o al menos uno de MUTE en los bebés. ¡Es que como lloran estas criaturas! Lloran y cagan. Eso es lo que hacen. Y aún así todo el mundo maravillado con su ternura. ¡Chulina se tiró un pedito! ¡Mi viiiidaaaaa mirana como hace su provechito! ¡Ay, apupuchulinaaaa te acaba de vomitar su lechita encima!

Pero lo peor, lo peoooor de todo es que UNA NO SE PUEDE QUEJAR. Guay de la madre que se queje del tormento del embarazo, del suplicio de dar de mamar, de lo difícil que es volver a reconocerse frente al espejo. La sociedad nos exige estar extasiadas con todo este proceso. Una termina repitiendo como robot frases prefabricadas como “me sentía tan plena estando embarazada” o “dar de mamar es la experiencia más hermosa que viví en mi vida” o “El ser madre me hizo sentirme más segura de mi cuerpo”. ¡MENTIIIIIRA! Empecemos a vocalizar. Basta de eufemismos. Yo no disfruto mis embarazos, me siento un trapo sucio los nueve meses y honestamente leer un buen libro cada tanto me bastaría para sentirme plena. Odié dar de mamar y sé que no soy la única, aunque pocas lo digan. Por ejemplo, mi tía Mimí siempre decía que cada vez que daba de mamar veía a sus hijos como pequeños vampiros. El hecho de que ella lo haya vocalizado me hizo sentir menos culpa cuando el sentimiento de éxtasis de la lactancia me pasó de largo. La experiencia más hermosa de mi vida fue mi último viaje a las Maldivas y no precisamente pasarme las noches en vela amamantando. La maternidad no tiene porqué parecernos fantástica a todas las mujeres. Asumirlo no nos hace crueles, ni malas madres, ni mujeres falladas o ralladas, nos hace simplemente humanas y honestas.

En todos mis análisis de la maternidad encontré tantas frases trilladas. Tantas mentiras. Tantos eufemismos. La única verdad la encontré en la biblia (sí, aunque les sorprenda, también la leo de vez en cuando): “A la mujer (Dios) dijo: Tantas haré tus fatigas cuantos sean tus embarazos: con dolor parirás  los hijos…” y vienen con dolor, es cierto, y los hijos nos duelen de muchas formas. Pero hay una frase trillada que nunca pondré en tela de juicio: “Los hijos dan sentido a la vida.” No hay nada más cierto y al fin y al cabo, cada minuto de dolor, cada pozo de celulitis, cada noche insomne vale la pena, porque ELLOS están allí con nosotros y el amor SIEMPRE será más fuerte que el dolor.