13 marzo 2016

DIFERENCIAS ENTRE HOMBRES Y MUJERES: LAS MUJERES SOMOS DE VENUS…. LOS HOMBRES DE MELMAC


La verdad es que las diferencias entre los hombres y las mujeres son mucho más complejas de lo que nos imaginábamos. ¡Con razón nos cuesta tanto comprendernos! Casi es como si nosotras estamos hablando en portuñol fluido mientras que ellos nos contestan en arameo pre arcaico.

Según los científicos, nuestros cerebros evolucionaron de manera distinta. Hace miles de años, el hombre era el que cazaba y necesitó desarrollar aquellas áreas encefálicas que potenciaran el sentido de la orientación y la habilidad para dar en el blanco. Ellas, en cambio, precisaban facultades que les facilitaran cuidar mejor de sus hijos, tales como una visión periférica, la facilidad para hacer varias cosas a la vez y todo lo relacionado con las habilidades interpersonales. La mujer por lo tanto ve más. Lo vemos todo, tenemos una vista panorámica completa. Nuestra vista es hasta superdotada. Podemos estar manejando tranquilamente mientras controlamos de reojo con quien lo que está chateando por el whatsapp. Si nos toca estar de copilotos, somos perfectamente capaces de estar observando plácidamente el paisaje por la ventanilla derecha mientras nuestra visión periférica 360º nos permite saber la ubicación precisa de su pupila mientras cruza una cuerachona apretujada en lycra en la vereda opuesta. Por eso, nuestros novios y maridos nunca logran ser lo “discretos” que pretenden ser y una y otra vez cazamos todos sus tristes intentos para pasarse de vivos al relojear a una mujer atractiva.

Por otro lado, los científicos aseguran que nuestra retina tiene mayor cantidad de conos, que permiten ver los detalles, los colores y los matices. Tal vez por eso sea que prestamos tanta atención a la hora de seleccionar y combinar nuestra ropa. El lila y el lilita para nosotros son tan diferentes como el fucsia y el rosado. Un zapato azúl marino no es igual a un zapato negro y bajo ningún motivo el turquesa puede clasificar de celeste pastel. Así como los esquimales pueden distinguir 30 tonos del color blanco, nosotras sabemos la diferencia exacta entre el bordeaux, el borravino, el marsala, el  berenjena y el púrpura, mientras que las limitadas retinas de nuestros novios y maridos, no son capaces de distinguir más que un solo color: “el color raro ese”.

Las mujeres también tenemos mejor desarrollados los centros del habla y del lenguaje. Esto seguro que no es ninguna novedad para ustedes. Si todas somos perfectamente capaces de romper records de duración de llamadas telefónicas y de longitud de plagueos encadenados. Resulta que los hombres tienen su centro del habla y lenguaje en el lado occipital izquierdo, mientras que las mujeres tenemos doble tracción 4 x4 con mp3 bluetooth y wifi incorporado del lado izquierdo y del derecho. Es por esto que hablamos más y queremos que nos hablen. Necesitamos expresarnos constantemente. Las mujeres podemos pronunciar de 6 a 8000 palabras al día…lo cual puede fácilmente duplicarse o triplicarse si nos enojamos con nuestros mariditos.

Así como necesitamos comunicarnos también necesitamos ser oídas. Es por esto que nos irritamos tanto cuando queremos hablar con ellos y nos responden con monosílabos. Nuestra respuesta: un suspiro seco, que me imagino que a estas alturas saben BIEN lo que puede significar. (así como somos agiles con nuestro lenguaje oral, tenemos un PHD en lenguaje corporal y metalinguistica). Solo una mujer logra manejar los espacios de un suspiro de tal manera a que adquiera una amplia gama de significados.

Como nuestro centro del habla está tuneado también tenemos una excelente aptitud para lanzar indirectas y confundir a los hombres. No es que nos hagamos las dramáticas simplemente somos taaaan superdotadas que hasta hemos desarrollado una técnica para discutir sin discutir. Obviamente que esta técnica funciona mejor cuando se desarrolla entre mujeres. Entre nosotras nos entendemos al toque todos los inuendos, indirectas y frases con doble suspiros, lenguaje visual, corporal y del suspiro. Pero cuando nuestro interlocutor es un hombre, la cosa se complica.

EL: ¿Estás bien?
ELLA: Si (los hombres tienen que aprender a diferenciar bien las inflexiones del tono, porque el Si, en un caso como este EVIDENTEMENTE quiere decir NOOOOO!!! HELLOOOO!!!
EL: ¿Te enojaste conmigo?
ELLA: NO (Que por supuesto quiere decir SIIIIII ESTOY FURIOSA Y SI ENCUENTRO UN CUCHILLO TE                   LO REBANO A LO BOBBIT!!!)
EL: ¿Seguro?
ELLA: (A darse cuenta de que no captó la indirecta de las sutilezas de nuestro lenguaje corporal e inflexión del tono) SUSPIRO SOSTENIDO (que quiere decir ATAJATE CATALINO QUE SE VIENE LA TORMENTA... Y LUEGO DE UNA BREVE PERO NECESARIA PAUSA PARA MANTENER LA CALMA y el SUSPENSO SE VIENE LA CATARSIS FINAL) Esa tarada del vestido lilita te estuvo tirando el lance toda la noche. Y vos en vez de pararle el carro, seguías hablando con ella como si nada.
EL: QUEEEE! ¿Acaso esa no era tu amiga Maru?
ELLA: Dije la del vestido LILITA, no LILA!!  (RECUERDEN LOS CONOS) Que a esa rasca en celo no la conoce ni su abuela y menos yo que no me muevo en sus mismos círculos.

No es que se haga el desentendido. Él jamás se dio cuenta que la mujer en cuestión le estaba coqueteando. Por más de que por supuesto TODAS las mujeres de la fiesta se dieron cuenta de sus intenciones sin siquiera mover la cabeza (ayudadas por supuesto por la visión periférica), él jamás pudo descifrar las señales vocales, visuales y corporales de la insidiosa.

Pero además de todas estas dotes científicamente comprobadas. Las mujeres tenemos además un as bajo la manga que nos distingue de manera excepcional de cualquier espécimen masculino: la intuición femenina. Nosotras sabemos leer el interior de cualquier persona. Tenemos como una brújula interna que nos hace detectar al toque cuando algo va mal. Esta intuición nos hace verdaderos prodigios de la lectura de los rostros, de los gestos, de las miradas….y de los mensajes cifrados del Facebook y likes del instagram (que para toda mujer también tiene su lectura esotérica). Este talento para captar el lenguaje no verbal hace que sea prácticamente imposible engañarnos cara a cara sin que nos demos cuenta en el acto.

Pero la otra vez me topeté con esta investigación que me dejó helada. GELIDA. Al fin los médicos encontraron la piedra angular de uno de los problemas más frecuentes de las relaciones de pareja: la comunicación defectuosa. Seguro se habrán quejado y escuchado quejarse a otras mujeres con rostros sagrados y sufridos diciendo: “Mi marido no me escucha” “Mi novio no me entiende”. Saben que encontraron los científicos. Que somos verdaderamente grandes incomprendidas y no en el sentido metafórico, sino en el literal ité. Según los médicos de la Universidad de Sheffield, la voz de la mujer es mucho más compleja y musical que la del hombre, no tanto por el nivel de la voz, sino por sus ondas. De ahí que para el hombre resulta más difícil de descifrar y requiere de ellos una gran concentración, por lo que les cansa rápidamente.

“Estos científicos británicos llegaron a esta conclusión de la siguiente manera: Expusieron a un grupo de hombres a grabaciones de sonido de la voz de doce mujeres y de doce hombres. A continuación analizaron las reacciones en el cerebro de los participantes con ayuda de una tomografía cerebral. Fue entonces cuando descubrieron que la voz de las mujeres activaba células cerebrales diferentes a las que activaba la voz del hombre, y que a la voz de las mujeres reacciona el área del cerebro que procesa el sonido y la música, no el lenguaje.”

Como les dije me quedé ATÓNITA PASMADA ESTUPEFACTA y también más confundida que un hombre. Mas de alguna romanticona ilusa entre ustedes seguro lo va a ver del lado poético, pensando: que divinooo, sonamos como música para sus oídos. Pero se las pongo clara. Imagínense que los hombres son todos metaleros…. Y vos les estás hablando con tono de reggetonero. O imagínense que son todos cachaqueros y vos les hablas con voz de ópera. En síntesis esto de la voz musical no tiene nada de poético. Nuestra voz les abuuurreeee, les cansa, les hace perder el interés y desenchufarse de la conversación convirtiendo nuestras silabas en ruido blanco.  ¿Entendea?

Mi sano consejo ante tanta diferencia comunicativa es que la próxima vez que hable con un hombre. No le hable de varios temas a la vez, si ya sabe que no va a hilar y vas a terminar hablándole a la pared. No pierdan su tiempo preguntándoles “que tal les fue en el rally” esperando un relato de 10 horas, si ya saben que su respuesta va a ser BIEN. Recuerden que ustedes tienen todo el vocabulario de un tesauro y ellos no llegan ni al de un diccionario ilustrado infantil. Y por sobre todo, LES RUEGO, no le pregunten “no notas algo nuevo”. Acuérdense que al pobrecito le faltan conos, no hay manera en el mundo que se dé cuenta de que te perfilaste la ceja mi reina. ¡Paren de sufrir y abracen y comprendan las diferencias! ¡Sean inclusivas y tolerantes con el prójimo!



LA MEJOR YO: LA MEJOR VERSIÓN DE MÍ MISMA


Las mujeres tendemos a querer compararnos con todo el mundo. Somos naturalmente competitivas y por lo general – por más de que aleguemos tener “envidia sana”- nuestra envidia no suele ser ni un poco sana, está infectada de toxoplasmosis y hepatitis A, B, C y D.

Por mis breves pero no siempre desacertados análisis he comprobado que las redes sociales han contribuido enormemente a llevarnos a comparar nuestras vidas con la aparentemente fantástica vida de los demás y llevarnos al borde de un ataque de “envidia malsana”. Si entre tus amistades de Facebook tenés a asíduas viajeras, cuerachonas infernales y amistades plenipotenciarias y amigas con parejas generosas de seguro me comprenderás cuando digo que las redes sociales  pueden ser verdaderos instrumentos de tortura psicológica.

Justo cuando decidiste quedarte a sufrir todo enero porque reventaste todas tus tarjetas con las malditas promos del año pasado, todo el país sale de al mismo tiempo de vacaciones y vos te quedás aparentemente sola y abandonada en la ciudad a sufrir sus posteos en internet de cuanto resort caribeño, playa rapai o fiesta en Punta exista. Tripadvisor parece haberse apoderado de tus notificaciones e inclementemente, cada posteo aumenta tu nivel de miserabilidad ante tus frustradas vacaciones.

Justo cuando tu pareja se volvió a olvidar del día de los enamorados, tu tía abuela Pepita - que acaba de descubrir instagram gracias a sus nietos- postea las 50 rosas rojas que le regaló el tío abuelo Chacho por San Valentín. Y vos no tenés ni siquiera una rosa barata de esquina para postear (y seguro si la tuvieras tampoco la postearías). Luego controlás tu facebook y al abrir las notificaciones te sentís bombardeada y abofeteada por la invasión de frases cursis, declaraciones trilladas, aaaalta falsedad y aaaltos niveles de clichés románticos. Desde ositos de peluche, pasando por bombones, desayunos, cupcakes, pasacalles, desayunos en la cama y uno o dos regalos originales que si bien te hacen recuperar la fe en la humanidad, también te hacen sentir más miserable, porque a tu novio no se le ocurrió ni siquiera un cliché y menos aún le da el coco para la originalidad.

Y peor aún cuando este día te encuentra soltera y te das cuenta que tus amigas tienen marido, novio, pretendientes, amantes y hasta admiradores invisibles, o al menos gatos y perros rescatados que las aman y vos no tenés ni siquiera un pescadito a quien darle tu cariño, ni un perro que te ladre, ni un gato que te maúlle…. ¡Qué pucha! Vos estás tan sola y desanimada, que ni si quiera tenés un macho imaginario para fantasear.

¡Obviamente a estas alturas ya le estarás haciendo payé a Mark Zukerberg para que colapse Facebook y pierda toda la fortuna que amasó amargándote la vida en el día de los enamorados, en las vacaciones, y en todas las situaciones que te tocó compararte con tus amistades de Facebook y sentirte una acabada, sola, fea, incomprendida, pobre, aburrida,  con menos vida social que una monja de claustro y menos glamour que un ataja cartera.

Mujeres sufridas del mundo. ¡Paren de sufrir y pónganse a pensar! Les pregunto: ¿Ustedes acaso postean sus peleas, su casa desordenada o se hacen selfies cuando les salen choclos en la cara? ¡Obvio que no! Hay que ser una mentecata para hacer eso. Es que las redes sociales no son la vida real, son versiones idealizadas de nuestras vidas, que podemos editar a voluntad, eliminando con una app las arruguitas, editando con photoshop nuestra churita, posteando solamente aquellas cosas lindas que nos pasan y dejando de lado las cosas feas que también nos pasan a todas las personas del planeta. No existen vidas perfectas, por más de que las redes sociales nos lleven a creer lo contrario.

Dejen de compararse con Fulanita que tiene un auto nuevo; con Zutanita tu amiga mantenida que no hace nada en la vida más que viajar y disfrutar de los regalos que le hace su marido; con Menganita que hace yoga, crossfit, y toascosas medita, rescata animales y es linda por dentro por fuera y hasta su proyección astral trascendental es perfecta. Dejen de sufrir envidiando vidas ajenas y concéntrense en ustedes mismas. Dejen de comparar y querer imitar. Nunca van a ser perfectas como Menganita. Les aseguro que ella no solo NO es perfecta, sino que tampoco se siente perfecta. Pero si pueden tratar de mejorar sus imperfecciones, o al menos aprender a vivir con ellas.

Quiéranse y disfruten su vida, cada minuto de ella, traten de encontrar algo lindo y bueno hasta en lo feo y en lo malo. Aprendan por sobre todo a no querer ser como nadie. Para ser felices, ustedes no tienen que  querer ser como otra persona, simplemente tienen que intentar ser cada día la mejor versión de ustedes mismas.  Y no me refiero a la versión fantasiosa de su vida editada que suben a sus redes sociales. Si no a la mejor versión de ustedes en la vida real, con todas sus locuras, imperfecciones  y defectos.

VERANO NEFASTO, ANCLADA EN ASUNCIÓN




Ayayayaaaayyyyyy llegó el  verano, y con él los mosquitos, la interminable sucesión de eventos veraniegos, y el momento de llevar el implacable bikini.

Si bien anticipamos todo el año esta época, cuando llega no hacemos más que quejarnos. En el invierno soñamos con el sol, con la pileta, con las playas, pero ni bien hacen su entrada los 40º de calor y humedad tropical de  nuestro adorable rinconcito de América, ya empezamos a  llorar lágrimas de sudor. ¡Es que indiscutidamente nuestro calor hace que se sude hasta por los ojos! Es que con tanto calor dan ganas de llorar. Pero hasta cuando lloramos, lo hacemos sin gusto, ya que sabemos que en realidad esas no son lágrimas: es puro sudor ocular.

Pero para completar el cuadro tatakuá veraniego, porque en enero todas nos sentimos como unas chipas (algunas pirú y otras rellenitas de so’ó) que están en un inmenso tatakuá invisible. Nada nos quita el calor y ni el aire de abasto. Si bien tenemos instalados splits hasta en el baño y la cocina para hacer frente al verano, juuusto es la época en la que empiezan los interminables apagones de la ANDE y con cada corte de luz terminás prendiéndoles velas a tus santos para que tus splits sobrevivan a la baja tensión a los cortes inesperados y que vuelva la luz a la noche para que al menos puedas dormir sin el arrullo de los mosquitos zumbándote en el oído mientras te chupan hasta el sudor chorreado y de paso te contagian dengue.

Y lo peor, es que con el calor, siempre habrá alguna amiga desubicada que se le ocurra casarse el 3 de enero al medio día. ¡Y ahora que se pusieron de moda los brunchs hasta de mañana nos toca madrugar para ir todas producidas a los eventos mañaneros y solo para terminar con  la base corrida y el colorete chorreado hasta el mentón estoicamente aguantando el calor del medio día en el bendito evento que decidieron hacer al aire libre y sin aire. Yo ya me acostumbré a adoptar el look abuelita, llevando a cuestas mi abanico para evitar terminar apantallándome con el posa vaso, el brochure, o cualquier cartón, papelito, o papel que encuentre in situ.

Finalmente tenemos tiempo – gracias a las tan anticipadas vacaciones -para enchularnos, para broncearnos, ponernos en  forma y estamos divinas, ¡pero no tenemos ningún lugar a donde ir! Toda la ciudad de Asunción parece una mina abandonada del viejo oeste. La poca gente que no agarró la última promo a Cancún o Punta Cana en 12 cuotas se pegó el raje a San Ber o a Encarnación. Tras el rosario de eventos de Diciembre, que el lanzamiento de Pea y la inauguración de Moa, los interminables eventos familiares, más todas las miles de despedidas del año que del cole de los chicos, que de la comisión vecinal, que del grupo del tennis, que del grupo de timba, que del grupo del chat paralelo del curso, que de las ex compañeras de colegio, las ex compañeras de facu y hasta de las ex compañeras del grupo de oración viejo. Parece que tanta despedida surtió efecto y toda la gente se fue de a de veras. Más bien parece que de repente toda la gente que conociste fue abducida por extraterrestres y vos estás más sola que una neurona en la cabeza de una Barbie.

El problema con el verano, es que antes de enero está diciembre.  Sería mucho más práctico que la temporada de lucir el bikini sea antes de la fiesta y no inmediatamente después y sin posibilidad de reponernos antes de que nos toque ir a la playa a tratar de lucir un trikini sin parecer una mortadela mal cargada y tratar de lucir divinas y bronceadas y no unas tristes morcillas tostadas a la parrilla.  Lo triste es que ni bien llega enero y nos toca ir a la playa, deseamos de corazón convertirnos al islam para cambiar el bikini por un amplio burkini que nos tape todos los michelines amasados a puro turrón, sidra y pan dulce.

Finalmente las calles están desiertas, al fiiin podemos circular sin tráfico, y llegar en 5 minutos a todas partes. ¡Pero sácate! Olvidate de este placer veraniego porque este año se vino el niño, y por más de que las calles estén desiertas finalmente, no va a parar de llover, al punto que en vez de desear la última BMW X5, vas a terminar deseando comprarte una canoa último modelo para hacer frente a tanto raudal. Lo único que va a cambiar es que en vez de despotricar contra Samaniego, empieces a maldecir a Mario.

Pero sin lugar a dudas, lo peoooor del verano es quedarse atrapada en la ciudad y que se vaya la luz, y en medio de la lluvia, el sofocón, el apagón, el dengue que seguro te vas a agarrar, lo único que tengas para entretenerte sean las redes sociales en tu celular y tengas que ver las fotos vacacionales de toooodas tus amistades en vivo y en directo mientras la envidia menos sana imaginable te corroe las entrañas.


¡Que les sea leve a ustedes mis queridas lectoras! 

TARJETAS DE CRÉDITO: PARA TODO LO DEMÁS…




Desnuda, me siento desnuda. Y a pesar de mi tendencia nudista (en vano voy a querer negar que me gusta exhibir mis preciosas curvas) debo decir que no me siento nada cómoda con esta situación. Se acabaron las promos y yo me siento desnuda y con el ropero vacío. Viste cuando abrís tu ropero y sentís en el fondo de tu corazón y tu pupila que no tenés nada nuevo que ponerte, nada inspirador, nada que robe el aliento y te sale aquel lamento boliviano, aquella letanía visceral que solemos emitir las mujeres con tono teatral ante estas situaciones: “no tengo nada que ponerme”.  Seguro ya te pasó. Pero ahora seguro que cuando lo decís… ¡ES CIERTO! ¿Cómo no sentirse desnuda? Si no te pudiste comprar nada de las últimas colecciones de tus marcas favoritas.

La verdad que este fin de año sin mis promos y cuotas lo veo todo negro.  Y no de un negro “black Friday” sino de un negro retinto bien nefasto. A donde me voy a ir de vacaciones sin mis 12 cuotas sin intereses para pagarme el paquete. ¡Si con lo endeudada que estoy aún del último Black Friday no me da ni para ir a veranear en Chololó!

La tarjeta de crédito es algo que se inventó para que comprar sea más fácil… pero pagar infinitamente más difícil. El tema es que la tarjeta tiene pues también su costo de mantenimiento y ni hablemos de sus intereses. Había sido que era tan alto que por 20% de descuento terminábamos pagando un interés de hasta 50% sobre la mora. ¡Y el que está libre de mora que tire la primera piedra!  La verdad que con tantos gastos de mantenimientos e intereses mis tarjetas llevaban más vida de mantenida que yo. Digamos que figurativamente había sido eran las tarjetas las que vivían en un SPA y no yo. Diviiinas ellas con su mantenimiento.

Yo francamente no sé que me paso. La verdad que siempre tuve tarjeta y siempre me manejé bastante bien con ellas. Pero últimamente parecía un mono con Gillette. Que pucha mono con Gillette, era un chimpancé con ametralladora UZI. ¡Era un peligro! ¡Demasiaaaado ya me entusiasmé con las promociones! Parecía una ninja, tarjetazo aquí tarjetazo allá, tarjetazo en todas partes. Así también terminé con monos en todas y cada una de mis tarjetas. Y como no iba  terminar así si me saqué una tarjeta de cada banco de plaza, de la cooperativa, del súper, de la despensa, del shopping y hasta un poco más y me sacaba tarjeta del verdulero de la feria todo por aquel ansiado descuento prometido. Tenía tantas tarjetas que podía jugar tranquilamente al solitario por 3 horas usando mis múltiples tarjetas como barajas.

Obviamente la historia iba a terminar mal con ese ritmo. Y así me fue. Últimamente cada compra era un suplicio. Iba a la caja temblando. Y ni bien pasaban mi tarjeta, en esos 30 segundos de espera que se dan antes de la confirmación del pago, empezaba a tirarle buena onda mental al post: “va a pasar, va a pasar, va a pasar” rezando internamente para que Dios me salve de la humillación de tener que escuchar “saldo insuficiente” frente a una fila entera de chismosas triperinas. Cuando me aprobaban la transacción juro que  últimamente tenía que refrenar las ganas de hacer un bailecito de emoción en plena caja.

Últimamente para que me aprobaran tenía que estar estrenando la tarjeta, ya que todas las anteriores estaban literalmente reventadas. En la caja pasaba bochorno tras bochorno. No me rebotaban una, me rebotaban TRES. El proceso de pago era patético. Parecía que estaba racionando provistas para los refugiados sirios. Ehhh…. Cobrame 150.000 con esta tarjeta, 50.000 con esta y el saldo con esta, pero si no te pasa, probá con esta.

Ahora les metí tijera a todas. Y no solo no tengo crédito, sino que estoy endeudada hasta el 2017 por todas las malditas cuotas del black friday del 2012.

La verdad que estoy tan depre que mejor les dejo y me voy a hacer terapia de shopping…. ¡en efectivo!




ANIMALISTAS EXALTADOS


Recientemente un querido amigo me hizo reflexionar sobre la causa animalistas. Resulta que fue a la manifestación en contra de la violencia animal y regresó sumido en una crisis existencial. No le cabía en la cabeza como la gente iba a manifestarse con sus divinas mascotas luciendo sus divinerrimas correas de cuero 100% vacuno y el equipo full de tereré: termo forrado en cuero con guampa de cuerno de vaca. Este hecho le hizo preguntarse lo siguiente: ¿Acaso no son las vacas también titulares de derechos? Miró sus divinos mocasines de Tod’s de gamuza y de repente se sintió todo un hipócrita.

El planteo es el siguiente: “¿En qué casos la violencia está permitida y en cuales no?” Para alcanzar un poco de paz mental decidió que su nuevo lema era: “no a la violencia animal a excepción de los animales que consumo o luzco.” La verdad que es un tema interesante y complejo que me llevó a mí a pensar en cuan comprometidos están con la causa los fervientes animalistas de las redes sociales. 

Nada me saca de la cabeza de que mucho es moda y otro tanto es catarsis. Está bien. Todos amamos a nuestras mascotas y obviamente nos sentimos acongojados cuando vemos un video de una foquita bebé siendo acribillada a palazos. Pero de ahí a agredir verbalmente a otro ser humano que piense diferente y desearle la muerte a palazos de sus propios hijos medio que ya entramos en un fanatismo catárquico propio de un problema siquiátrico o MUCHO stress.

Honestamente creo que el rótulo de “animalistas” es certeramente aplicable a muuuy pocas personas. Muchos que se definen como tales en realidad más que animalistas son amantes de los perros. Porque entre muchos de los que se auto proclaman animalistas porque aman a sus perros como parte de su familia (y a veces incluso más que a los plagas de su propia familia), hay varios que aborrecen a los gatos más que a Satán. Vaaarias veces he visto a fanáticos de la causa animal que se pasan rescatando perros y posteando fotos de pitbulls en situaciones adorables, patear a gatos que se le acercan, o hacerle ¡shu shu shuuuuu! con gestos neuróticos para que no se les acerquen como si éstos prójimos animalitos fueran de uranio radioactivo.

La triste realidad, es que entre muchos de estos acérrimos perreros que saltan al rescate de cuanto perro sarnoso encuentran en su camino hay muchísimos que les tienen asco a los gatos y la sola idea de que un gato se suba a la mesa mientras comen les da arcadas. Obviamente tampoco les tienen mucho cariño a las ratas y otras alimañas.

Pero donde más flojea el discurso animalista es a la hora de inspeccionarles lo que comen y lo que lucen. Nada me quita de la cabeza de que para ser un verdadero animalista hay que ser consecuente y dejar de consumir y lucir todo tipo de productos de origen animal. Como la diseñadora Stella Mc Cartney quien es una verdadera y propia animalista y luchadora por los derechos de los animales y quien no solo es vegetariana sino tampoco usa cuero ni fabrica carteras de cuero (Motivo por el cual jamás en la vida me compraré una de sus carteras de cuerina de 1000 y pico USD!)  Por más de que su historia del cuero “ecológico” me parece que ronda con la estafa en su ridícula desproporción de precio/calidad, aplaudo el hecho de que sea consecuente y que sustente su palabra con sus actos. 

Un auténtico animalista debería ser también un auténtico vegetariano y un auténtico vegetariano sabe que no solo se tiene que evitar comer productos animales sino todo producto de origen animal. No se puede ser lo uno sin lo otro. Es lo mismo que proclamarse vegetariano pero consumir carne blanca de vez en cuando... ¡HELLO! ¡El comer poca carne no te hace vegetariano!

Si bien respeto que toda persona se manifieste por lo que crea o quiera creer, no comparto las posturas taaan extremistas de algunos.... que son demasiado agresivos en sus comentarios y actos, algunos casi tanto como el desubicado ese del martillo que generó toda la marcha de protesta que me lleva a tocar este tema.

Pero bueno, les entiendo también a quienes saltan a la defensa de los perros por más de que comen asado y se mueren por un zapato de pitón y una cartera de cocodrilo. La vida está llena de contradicciones y al fin y al cabo los perros y gatos son nió nuestras mascotas y seres muuuy queridos para muchísima gente. Y la cruda verdad…. Es que si bien es demasiado fácil morir de amor por un bulldog francés o un pugcito, es tremendamente difícil encariñarse con una gallina.



¡NI NUNCA! : AQUELLO QUE NUNCA VAS A PODER LOGRAR



Francamente estoy podrida de las charlas motivacionales, libros de auto ayuda y todas las citas de Pablo Coelho que leo a diario en mi facebook. ¡Paren de engañarse! Eso de que el secreto está en pedir con el pensamiento lo que se quiere y desearlo para lograrlo es una de las más grandes mentiras del universo motivacional. Lamento romperles la burbuja, pero hay deseos que simplemente no están destinados a cumplirse y no hay nada más sano que abrazar la realidad y dejar de soñar pavadas. Por eso les presento mi lista desmotivacional para que aprendan a abrazar bien fuerte al mundo real.

Sambar como brasileña: Si no naciste en Brasiul, por más de que hables un portuñol fluido jamás vas a lograr sambar como brasileña. Hay cosas que se llevan en la sangre, y la samba es parte del ADN de los brasileños. Que seas fronteriza no hace que el talento se te transfiera por cercanía ya que simplemente la samba no está en tus genes darling. ¡Estoy podrida de ver en las fiestas de casamiento cada vez que ponen un tema de Daniela Mercury o una samba pirú, como corren a la pista una partida de taradas que parece que están matando cucarachas en el piso! No se dan pico cuenta de que no les sale. ¡NO LO LOGRAN! ¡Paren de hacer el ridículo! Parecen epilépticas teniendo unas crisis erguidas. ¡Bastaaa!

Comer sin engordar: Si, este es el sueño imposible de toda mujer. Seguro ya habrán orado, deseado, meditado y hasta programado sus cerebros neurolingüística  para lograrlo, pero la triste realidad es que nunca van a perder peso por arte de magia. La grasa simplemente no se evapora de la noche a la mañana ni desaparece por encargo mental. El cerebro y el pensamiento positivo no tienen nada que ver con el adelgazamiento…. Les aseguro mis queridas que en este caso todo pasa simplemente por la boca. ¡O sea que córtenla con el pensamiento ilusorio y pónganse a hacer dieta!

Ser morena y rubia al mismo tiempo: Hay cosas que sencillamente no pegan ni con poxipol y una de ellas es tener la piel morenísima y creer que el rubio se te va a ver natural. ¡Pero por favaaar! Quienes creen esto se auto engañan a la par que Michael Jackson cuando se creía blanco.  Recuerden mis queridas: “Morena teñida de Rubia, morena mal teñida queda”.

Que tu hombre cambie: ¡Híjole! Esto sique le hemos pedidos con devoción a todos los santos del universo…. Muchas de ustedes seguro que hasta peregrinaron a la tumba de Shilda y el Potro para pedirles el favorcito. Pero les aseguro que no hay plegaria ni promesa que logre que tu hombre cambie sus malos hábitos y mientras antes aprendas a quererlo tal como es, mejor.

Que tu suegra te ame: Así como tu hombre nunca va a cambiar sus malos hábitos, tu suegra jamás aprenderá a quererte. Haceme caso y da por perdida la batalla. Simplemente no vale el esfuerzo. La mejor salida es fingir demencia y jugar la carta de la hipocresía cortés repleta de fingimientos para evitar peleas. Seguro que me van a salir con algún caso en que la suegra y la nuera se aman, pero les aseguro que es una pose y que la mera realidad es que simplemente se toleran.






Facebook Frenemies


En el Facebook todos queremos ser como Roberto Carlos y tener un millón de amigos. Sin embargo, con el puñado que tenemos ya hay unos cuantos que nos estresan  y verdaderamente nos sacan de nuestras casillas. A veces los bloqueamos, pero otras simplemente los sufrimos.  Tal vez porque en su existencia real son mucho más tolerables que en su existencia virtual. El problema es que muchas veces Facebook potencia el nacimiento de ciertos alter egos bizarros y absolutamente odiosos que convierte a nuestros amigos en frenemies osea que nuestras amis del mundo real se convierten en amienemigas del Facebook.

Les garantizo que de este elenco de indeseables feisbukeros, todos tienen al menos uno en su lista de amigos.

Animalistas: Por lo general tienen 18 gatos, 8 perros y el muro lleno de fotos de perros extraviados. Son de los que registran con un rigor casi científico todas las actividades de sus gatos, como si fueran seres de una inteligencia sobrenatural y suben 750 fotos por día ellos haciendo las cosas más banalmente gatunas como si fueran actividades maravillosas y casi místicas. Hasta ahí se les tolera. Pero cuando empiezan a atacarte por preguntar en “Alguien sabe” dónde se puede comprar un chihuahua (porque todo animalista obsesivo aboga por el comportamiento éticamente comprometido de adoptar animales sarnosos, parasitados, minusválidos, maltratados, malqueridos y traumados rescatados de la ultra tumba y creen que el pedigrí es sinónimo de maltrato animal) ahí como que ya da cosita. Está bien que les quieran a sus gatos, está bien que no practiquen la cacería, que no coman carne ni usen pieles, pero  quienes son para juzgar la elección no comprometida de elegir a un perro por su raza. Como dice la Chiqui Legrand: “¡Así Noooo!”

Profesor de castellano: Estos son los más plagas del planeta. Cuando no activas el corrector automático (o peor aún, cuando éste es el que te corrige mal) ellos no tardan en  corregirte el desliz. Lo peor de todo es que la mayoría de las veces no les cae la ficha de que se trata de un error de dactilografía. En esta era de los Smartphones, cuando el 90% de nuestros posts del facebook los hacemos desde el celular, valiéndonos del diminuto teclado y nuestra cada vez más desmejorada vista, es normal que se te escape un  “VESO” en vez de “BESO” o un “BAMOS” en vez de “VAMOS”. Pero tu amigo es tan gil y pelotudo, que no atina a darse cuenta de que la B y la V están peligrosamente juntos en el mini teclado QWERTY, y te salta con la RAE a tratarte de burro y explicarte hasta la etimología de la palabra en cuestión.  Y No te queda otra que contestarle en MAYÚSCULAS (O sea gritando en digital): “¡PERO PAAAR FAVAAAR! OVBIO QUE NO SOY TAN BALLE Y TAN VURRA COMO ME CREES NDE PABO!”

Tagueadores compulsivos: Estos amigos nos hacen temblar cada jueves y cada viernes con sus #TBT Y #FBF porque de su baulito de los recuerdos siempre sale esa foto en la que salís bizca, más borrasha que el de la arbolada o aquella en la que tenés aproximadamente 25 kilos de más y llevabas puesto ese vestidito nefasto que hace que Lady Gaga quede básica. Estos tagueadores son capaces de anular tus posibilidades de levante en l mundo digital con un simple click y de convertirte en el comentario del día del chat privado de tus frenemigas del mundo real. En la misma categoría están los que te taguean en cada uno de sus posts, hasta cuando comparten el sountrack del canto de la ballena azul,  o cuando postean el link a las 20 maneras de clavar un clavo sin usar un martillo y jamás terminas de entender el  porqué. 

Macateros: Ellos no le venden a su madre, porque la prójima vino fallada de fábrica y está más rallada que el hijo que parió. Un día están vendiendo el último brebaje de YERBALIVE  y al día siguiente las carpetas de crochet que teje su abuela. Te insisten para que compres cosas que no sólo jamás tuviste intención de comprar, sino que no las aceptarías ni como regalo. Lo peor es cuando usan tu muro de cartel invadiendo tu espacio como si se tratara de espacio publicitario y cuando te acosan al inbox ofreciéndote cuanta chuchería tienen en su poder en ese momento. A veces son tan tediosos que te hacen creer que estás en Pettirossi.com y no en el Facebook.

Candy Crushers: Será que este maldito juego endemoniado alguna vez se acabará. Confieso que fui adicta hasta que hace 1 año me trabé en el nivel 386 y no pude salir ni endeudándome para comprar todos los boosts disponibles. Pero hay gente que simplemente no desiste. Ellos son los adictos al “Sweet, Taaaasty, deliiiicious, diviiiine”, pedigüeños de vidas y de bombas de colores que siempre están 500 niveles más avanzados que vos.
Haters: Ellos aman odiar. Siempre, siempre están listos para tomarse con alguien en el facebook. El muro ajeno es su campo de batalla y no desaprovechan oportunidad para ironizar, satirizar y cizañear. Si no encuentran con quien pelearse, se dedican a tirar plagueos al vacío, contra el gobierno, contra los baches, contra su club rival, contra la gente en general, y hasta al prójimo de Lassie van a encontrarle algo reprehensible. Su muro es el equivalente digital al muro de los lamentos.

Religionarios: Ellos hacen de su religión su batalla. Si son evangélicos se quejan porque viene el Papa y si son católicos despotrican contra el diezmo.  Son las armadas digitales de una especie de cruzada moderna que francamente es espantosa pues tiene más de intolerancia que de religiosidad. Después están los que meten la religión en todo y te mandan setecientas oraciones y buenos deseos y cadenas de San Antonio, San Cayé y San Toascosas las 24 horas del día. A todos tus comentarios ponele la firma de que pondrán: AMEN, y se pasan mandándote “bendiciones” hasta en tus post más pelotudos. Si posteás: “Estoy viajando a Ciudad del Este para el Black Friday!” van a ponerte BENDICIONES. Si posteás: “Olimpia Campeón” tambiéeen van a poner Bendiciones. Creo que hasta si posteás: “Samaniego badulaque” tambiéeen van a escribir lo mismo ya que es su expresión facebookera de cabecera.